OBJETIVO DE GRADO.
Describir y reflexionar las características de la organización social política y económica de la edad media y el surgimiento de los estados en el renacimiento a través de la descripción y análisis de procesos históricos que le permitan al estudiante conocer y respetar las distintas posturas frente a los fenómenos sociales.
TEMAS
- DEMOCRACIA Y GOBIERNO
- GENERALIDADES DE EUROPA
- IMPERIOS ANTIGUOS
- EDAD MEDIA
- EDAD MODERNA
- EUROPA Y AMÉRICA EN EL SIGLO XVIII
- DD HH
LA EVOLUCIÓN DE LA
DEMOCRACIA HASTA LA ACTUALIDAD
Por Bernardo Ríos
El
mundo se enorgullece de la democracia. La consideramos el gran logro de los
tiempos modernos. El menos malo de los sistemas de gobierno, como dijo
Churchill. Algunos países, sobre todo en América, ya nacieron como democracias,
aunque en muchos casos hubo que reconquistarla después del alzamiento de
dictaduras. En Europa, sin embargo, las democracias son consecuencia, casi
siempre, de un lento proceso que va de la monarquía absoluta a la parlamentaria
y después a la república. Algunos seguimos en la segunda fase.
En
el Viejo Continente la democracia se consiguió con sangre, guerras,
revoluciones, agitaciones sociales, reclamación de derechos políticos y
civiles. Es, por lo tanto, normal que sean algo de lo que enorgullecerse.
Algunos países hemos pasado por la etapa más oscura de toda nuestra historia
para conseguirlas.
Democracias
antiguas
Democracia
es una palabra de origen griego. Demo– parece que fue un neologismo
en griego antiguo, la unión entre demiurgos y geomoros,
es decir, artesanos y campesinos. La segunda parte, –cracia, significa
fuerza, dominio, poder. Así, en la época clásica el demos era todo el conjunto
de ciudadanos libres, varones y no extranjeros. Los eupátridas, que
eran la clase aristocrática, también participaban en la democracia, aunque
etimológicamente no formen parte de la palabra.
Si
bien la ateniense es la más famosa y es en la que vemos reflejadas las
actuales, no fue, ni mucho menos, la primera. Los sistemas de gobierno tribales
eran asamblearios, y, a pesar del aumento de la población, se siguieron usando
en muchas organizaciones políticas en época antigua. Entre los descendientes de
los pueblos indoeuropeos tenemos muchos ejemplos de democracias: desde las repúblicas
del norte de la India entre los siglos -VIII a -III hasta Irlanda. Las
asambleas en las que toda la población (aquí habría que matizar, y, según cada
caso, habría que matizar mucho) podía participar eran muy comunes.
La
democracia en Atenas
El
sistema democrático ateniense no tenía nada que ver con el nuestro. De hecho,
si hablamos de gobierno del pueblo, que es lo que todos entendemos por
democracia, el ateniense lo era, el nuestro no. Pero la cantidad de gente que
participaba era muy inferior.
Solo
el demos podía votar, este era, como he indicado antes, el conjuntos de varones
libres, mayores de edad y nacionales. Los extranjeros, las mujeres y los
esclavos no podían participar en política. Se calcula que solo el 20% de los
habitantes de la Atenas del siglo -V gobernaba, y es una cifra generosa.
La
democracia ateniense se basa en la asamblea, que era la que tenía el dominio y
el gobierno real de la ciudad. Cualquier ciudadano tenía libre acceso y
participación. Es decir, cualquiera podía ir y hablar en la asamblea. No había
representación, cada ciudadano expresaba su opinión si así lo deseaba. Es
cierto que se escogían cargos y un gobierno, pero la forma de elección era muy
diferente.
Actualmente
contamos con partidos políticos a los que votamos. Estos partidos políticos se
alimentan, directamente, de fracturar, dividir y enfrentar a la sociedad, de
crear bandos, intentando que su bando sea mayor. Si lo consigue, obtendrá más
votos. Los niveles de tensión y fragmentación a la que los partidos políticos,
todos, pueden llevar a la sociedad pueden alcanzar cotas de irresponsabilidad
asombrosas.
En
Atenas no existían los partidos políticos, los cargos eran sorteados. Sí,
sorteados. Era la única forma, consideraban, de que no se votara siempre a los
ricos, ya que al contar con mayores riquezas partían con una ventaja obvia.
Podemos
pensar que es un peligro dejar en manos de cualquiera el gobierno de una
ciudad, pero eso también estaba previsto. Realmente no se elegía una persona
para un cargo, sino un grupo de personas, en el que cada individuo observaba y
vigilaba a los demás.
El Partenón de Atenas
se construyó en la época de mayor esplendor de la ciudad, que coincidió con su
etapa democrática.
En
nuestro discurso político, nosotros otorgamos la confianza a una persona para
que haga lo que quiera. Los atenienses hacían todo lo contrario: sorteaban un
cargo y desconfiaban. Se le sometía a controles; primero, el de su equipo, con
el que trabajaba, y, segundo, el de la asamblea. Ninguna ley, ni una sola, de
las elaboradas por los cargos elegidos por sorteo podía aprobarse sin pasar por
la asamblea, en la que, recordemos, no había representantes, estaban los
ciudadanos.
Había,
además, funcionarios. Personas que trabajaban en el gobierno de la ciudad
después de pasar exámenes de aptitud. Muy pocos cargos eran directamente
elegidos: los tesoreros y los altos cargos militares, porque se consideraba que
el conocimiento y la formación en estas áreas sí era imprescindible.
Roma
y Edad Media
La
República romana tenía un cierto parecido a la democracia ateniense, aunque en
este caso sí se votaba a dos cónsules que tenían amplios poderes. El cargo era
de un año y no podían ser escogidos dos años seguidos.
La
gran diferencia con Atenas es que en Roma las leyes se llevaban a los comicios
tribunados, asambleas en las que se dividía la población de la ciudad y a la
que podían asistir todos: mujeres, esclavos y extranjeros incluidos, y todos
podían debatir y opinar. El voto, eso sí, solo lo ejercían los hombres romanos
mayores de edad.
Durante
la Edad Media podemos encontrar gobiernos democráticos en la Irlanda celta o en
la Islandia vikinga. También en los municipios de los reinos de Castilla y de
León. Hubo varios estados europeos llamados repúblicas en época medieval:
Génova, Venecia, Polonia-Lituania… pero en realidad eran regímenes
aristocráticos en las que gobernaban las grandes familias.
Democracias
en Estados Unidos y Francia
La
primera constitución de un país, en el formato en que la conocemos hoy día (hay
muchos documentos parecidos anteriores, pero no eran constituciones como las de
ahora) es la de EE. UU., del año 1787. En su texto no aparece la palabra
democracia ni una sola vez. En las constituciones de Francia de los años 1791 y
1793 tampoco la encontramos. En estos textos se fundamentan todas las cartas
magnas que se desarrollaron más tarde, hasta hoy.
Constitución de EE.
UU.
John
Adams, presidente de EE. UU. y uno de sus padres fundadores, decía: “la
democracia nunca dura mucho. Nunca hubo una democracia que no se suicidara”; o
también: “la democracia degenera en anarquía”. Benjamin Franklin, por su parte:
“la democracia es dos lobos y un cordero diciendo qué se va comer”. Thomas
Jefferson: “la democracia no es más que el gobierno de las masas, donde un
cincuenta y uno por ciento puede lanzar por la borda los derechos del otro cuarenta
y nueve por ciento”.
Cuando
se independizó el país norteamericano, sus fundadores sabían lo que era la
democracia, su referente era Atenas, y la rechazaron. No les parecía un buen
sistema, por eso crearon uno representativo, que es lo que tenemos hoy día. Con
el tiempo, se le ha llamado democracia representativa, pero si comparamos la
organización y el funcionamiento de la democracia, la que era el referente, la
ateniense, y le añadimos el adjetivo representativo, tenemos un
oxímoron, es decir, una democracia que no lo es.
¿Democracias
en el siglo XXI?
Las
palabras pierden su significado con el tiempo. Que un término empiece a usarse,
como símil o metáfora, para nombrar un concepto alejado de su significado
original es muy común. Fascista y comunista, por ejemplo, hoy día se usan como
insulto para cualquier persona que sea de derechas o de izquierda,
respectivamente, sin importar lo que fueron realmente estos regímenes e ideales
tan extremos y dañinos. Hoy, todos somos fascistas y comunistas.
Con
el término democracia ha pasado lo mismo. Prácticamente todos los países
actuales se autodenominan democracia por alguna razón, ¡incluso China! Pero,
¿cuántas democracias, en su sentido original, hay realmente en el mundo?
Nosotros damos poder a los políticos, no lo ostentamos. ¿Hay algún país donde
el poder lo ejerza de verdad el pueblo?
El parlamento italiano
en una fotografía de 1971
Algunos
consideran que Suiza es una democracia directa. Sin embargo, si comparamos su
sistema con el de otros países europeos, veremos que no hay gran diferencia,
salvo una mayor tradición de convocar referéndum, obligatorio en casos
puntuales. El poder, en Suiza, sigue estando en los políticos. Vivimos en
democracias, sí, pero en unas en las que el demos pinta más bien poco.
https://www.geografiainfinita.com/2020/09/la-evolucion-de-la-democracia-ateniense-y-su-proyeccion-hoy-dia/
Comparar los conceptos de Democracia, gobierno y escuela. Realizar los mapas conceptuales.
Finalmente realizar un paralelo de la organización del país y la forma como esta organizada la institución educativa.
Ubica cada país en el mapa en blanco. Y de esa manera identificar el origen de algunos movimientos culturales que cambiaron el mundo.
https://europa.costasur.com/es/historia.html
La historia de Europa se puede decir
que es la historia de buena parte del mundo desde sus orígenes, junto a otras
culturas, como la china o la egipcia, la historia de Europa ha marcado desde
miles de años atrás el desarrollo de la vida en el planeta.
Desde la Talasocracia griega de 2500 años antes
de cristo hasta nuestros días son varios los imperios que han ido prevaleciendo
en Europa. Los primeros fueron los griegos, 500 años antes de Cristo eran los
dominadores del continente, después llegaron los romanos, los árabes, los
bizantinos, los francos, los venecianos, el imperio Carolingio, los Estados
Pontificios, los ingleses, los españoles, los rusos, los italianos, el imperio
de Napoleón… y más recientemente, las dos guerras mundiales surgidas en Europa,
así como la creación de la UE. Todo ello forma parte de la historia de un
continente, el europeo.
A tenor de las investigaciones, se puede decir
que Europa es un continente que está poblado desde al menos 40,000 años antes
de cristo, durante el paleolítico superior. La antigüedad clásica estuvo
dominada por los griegos, quienes extendieron su cultura por el resto del continente.
La hegemonía griega dejó paso a los romanos y al
Imperio, que se extendió por todo el continente durante siglos, llegando a la
edad moderna. Con la edad moderna, Europa comenzó el proceso de conflictos
entre pueblos, que perduran hoy día. Poder y religión se fueron sucediendo como
orígenes de los distintos conflictos.
Los griegos tuvieron su fuerte en el imperio
marítimo, su forma de gobierno era la democracia, siendo la más antigua de
todas las que existen, durante su época de máximo apogeo, fueron muchas las
batallas libradas por estos, batallas por las tierras, como la que tuvieron
frente a los persas siglos antes de nuestra era, los griegos fueron los
fundadores de las primeras grandes ciudades de Europa.
En Occidente, la República de Roma crecía a
pasos agigantados, una vez solventaron sus conflictos con los etruscos. Se
hicieron fuertes, y comenzaron su extensión. A fines de la edad a.C se
convirtieron en Imperio. En pocos siglos se hicieron con el poder de
prácticamente todo el continente europeo.
Paralelamente a los romanos, los germanos
también comandaban en el centro de Europa, más arriba de los Alpes eran ellos y no los romanos los
que tenían el poder. El Danubio marcó esa frontera entre estos dos pueblos.
En el siglo III los romanos comenzaron su
declive, el caos se apoderó del imperio, lo que aprovecharon los germanos por
el norte para arrebatar tierras al imperio. En esta misma época, la Iglesia
Católica comienza a coger fuerza. Los germanos por un lado, los visigodos por
otro, los vándalos… comenzaron la desmembración de lo que había sido el imperio
romano.
En este momento, los germanos por un lado, y los
incipientes musulmanes y bizantinos por otro lado crecen para tratar de tener
el control sobre el continente. Costantinopla, actual Estambul, es fundada, y el imperio otomano se
convierte en sucesor del romano. Por el otro lado de Europa, en la actual España, los árabes se asentaban tras entrar
por lo que hoy es Marruecos. De esta época destaca el nombre de
Carlomagno.
Ya en el segundo milenio, otra clase de luchas
sustituye a la lucha por el poder y el territorio, la lucha por la religión,
las creencias religiosas se hacen fuertes, por un lado la Iglesia Católica
Romana, quien creó la Inquisición, que no era sino una forma de castigar,
torturar y asesinar a todos aquellos que no tuvieran la misma creencia. Era una
época oscura, de cruzadas y de conflictos. Comienza la era de los Papas.
Ya en el Siglo XVI, la situación política de
Europa comienza a coger forma y a parecerse a la actual, la iglesia estaba
siempre detrás de cualquier conflicto o cualquier forma de gobierno de los
diferentes países, y las diferentes casas reales se hacían con el poder
de las diferentes partes del pastel que era Europa. La Reforma de Lutero trajo
consigo también numerosos conflictos.
A partir del Siglo XV, además, otro motivo de
conflicto entre potencias europeas, el descubrimiento del nuevo mundo y los
exploradores, en este momento, los europeos, fundamentalmente españoles,
ingleses y portugueses, comienzan a colonizar lugares en África, islas en el
Pacífico o en el Índico, y el nuevo mundo, América. Es la época del desarrollo
marítimo en Europa, ingleses, españoles, italianos, portugueses, holandeses,
comienzan su expansión por el mundo, colonizando todo lo que encontraban a su
paso, lo que provocó no pocos conflictos.
Ya en el siglo XVIII tiene lugar en Inglaterra otro de los momentos cumbre de
la evolución de Europa como continente, la revolución industrial. En esos mismo
años, en Francia, tiene lugar otro tipo de
revolución, la francesa, y la llegada al poder de Napoleón Bonaparte.
Tras esa época, llega la de Prusia y de Otto Von
Bisckmark, con una importante evolución de Prusia o de lo que conocemos hoy día
como Alemania, durante el Siglo XIX las guerras con los franceses fueron
importantes. Italia, otro país dividido, se unificó
también en esta época.
El Siglo XX, el más contemporáneo, ha sido
también el más sangriento, el más importante en el devenir de Europa. En 1914,
Prusia, junto con el imperio Austrohúngaro y el Imperio Otomano forman las
potencias centrales en la primera guerra mundial, contra el resto de Europa.
Esta guerra termina con la derrota de las potencias centrales, pero el germen
no se había eliminado, y en 1939 explota la segunda guerra mundial, con Alemania nuevamente en primera fila,
junto a países como Italia. Esta guerra dura hasta 1945.
Tras la II Guerra Mundial, Europa se comienza a
dividir en dos bloques, el occidental y el oriental, formado por Rusia y
sus países satélites bajo un régimen
comunista. Es un periodo entre tensiones entre Estados unidos y Rusia, el periodo se conoce como la guerra
fría. Pero no todo es conflicto en esta época, en 1950, en Roma, se ponen las bases de la actual
Unión Europea.
Edad Media
Te explicamos qué fue la Edad Media, sus etapas, arte,
literatura y otras características. Además, qué era el feudalismo.
La Edad Media fue un período de guerras,
pestes y nuevas formas políticas.
¿Qué fue la Edad
Media?
Se conoce como Edad Media, Medioevo o Medievo al período
de la historia de
Occidente que comienza con la caída del Imperio Romano de Occidente en
el año 476, y finaliza con el descubrimiento de América en
1492 o la caída del Imperio Bizantino en 1453, fecha en que culmina
también la Guerra de los Cien Años.
Sus mil años de duración se caracterizaron por un
relativo estancamiento en el desarrollo de la cultura y
de las ciencias,
bajo el imperio de la mentalidad religiosa del cristianismo, razón por la cual
se la solía denominar la “Edad del Oscurantismo”.
La Edad Media recibe su nombre por ser el tránsito
entre la Edad Antigua y
la Edad Moderna.
Durante este período la sociedad abrazó un orden feudal,
esencialmente rural o campesino, y el dogmatismo cristiano rigió la cultura.
Sin embargo, la vida medieval estuvo lejos de ser
inamovible o serena, sino que fue escenario de numerosos desplazamientos
humanos, abundantes guerras y
nuevas formas políticas, principalmente en las culturas
fronterizas a la europea, como la árabe musulmana o la cristiandad oriental
(Bizancio).
Especialmente importante fue el choque entre la
civilización cristiana y la islámica, con recíprocos intentos de conquista como
la expansión musulmana del siglo VII al siglo XV o las numerosas Cruzadas
cristianas.
Por último, debe notarse que la Edad Media, en tanto
período histórico, no puede aplicarse del todo a otras civilizaciones distintas
a la Occidental, como la China, India o Japonesa, florecientes durante ese
mismo período. La consideración de que la historia de Europa es
la historia del mundo resulta un criterio histórico sesgado, eurocéntrico y
discriminador.
Características de la
Edad Media
El Medioevo es la época de los caballeros
andantes, de los reyes y reinos católicos, y de las largas guerras rurales
por motivos de religión. Aunque mucho de ello se muestre de
manera romántica en las ficciones contemporáneas, no existió nunca magia, ni
especies distintas a la humana (elfos, orcos, duendes, etc.), ni dragones.
Sin embargo, esos seres sobrenaturales formaban parte
del imaginario vigente en la época, en el que se enfrentaban las tradiciones y creencias locales
con la religión cristiana dominante. En general, imperaba la fe por
sobre la razón o el entendimiento.
Se trató de un período extenso, de transformaciones
profundas pero lentas. Por ejemplo, el modo de producción esclavista de
la Antigüedad fue reemplazado por el modo de producción feudal.
La diversidad de lo ocurrido durante mil años no
permite una lectura demasiado homogénea. Sin embargo, en el Medioevo abundaron
las epidemias masivas, las invasiones militares y la superstición, aunque
en esto último es posible que el cristianismo catalogara como ignorancia o
superstición a cualquier vestigio de las religiones paganas anteriores.
Etapas de la Edad
Media
El Medioevo se divide comúnmente en dos etapas:
·
Temprana o Alta Edad Media (siglos V al
X). Comenzó con la caída del Imperio
Romano. El cristianismo se consolidó en Europa y se esparció a nuevos
territorios, mientras que Jerusalem pasaba a manos musulmanas. Finalizó con el
comienzo propiamente dicho de las instituciones feudales, el surgimiento en
Oriente de la dinastía macedonia y la decadencia del Califato abásida.
·
Baja Edad Media (siglos XI al XV). La
etapa propiamente feudal del Medioevo, signada por la aparición de la Peste
Negra (1348) que cobró millones de vidas en Europa y redujo su población a la
mitad. En esta etapa surgió la burguesía temprana como una nueva clase social,
que impulsó los cambios necesarios para el surgimiento del capitalismo y
el fin del Medioevo.
La baja Edad Media comprende a su vez dos etapas:
·
Plena Edad Media. Abarca
de los siglos XI al XIII, en los que se da el nacimiento de la ciudad y
se empieza a producir la expulsión del Islam de diversos terrenos de Europa, como
la península Ibérica, Sicilia o el Oriente Próximo. Se considera un momento
cumbre de la cultura medieval, con el período óptimo climático brindando
el calor necesario
para tener inviernos más tolerables y cosechas más abundantes.
·
Crisis del siglo XIV. Llamada
también La crisis secular, abarca los últimos dos siglos del Medioevo y
presenció la desestabilización de la sociedad medieval como consecuencia de los
prolongados conflictos bélicos, así como el surgimiento de los futuros valores
modernos, como la crisis de la escolástica. Este es el trecho final del Medioevo.
Literatura de la Edad Media
La literatura medieval es bien conocida, especialmente
en lo que respecta a los ciclos de caballería, en los que se contaban
las aventuras de los guerreros cristianos en un mundo vasto, repleto
de magia y de misterios. Eran narrados generalmente a través de símbolos
y metáforas cristianos
o religiosos.
Estos ciclos, como el artúrico o el bretón, iban luego
acompañados de bestiarios, libros a menudo complementados con imágenes en los
que se llevaba la cuenta de los animales conocidos por el hombre, muchos de
ellos imaginarios, e interpretados desde una moral cristiana.
Posteriormente predominó la hagiografía y la poesía religiosa como géneros principales
de la Europa cristiana, cuyas manifestaciones culturales y científicas estaban
controladas por la Iglesia. Hacia el final del Medioevo cobró importancia el
amor cortés como protagonista de los relatos, siempre en un imaginario
bucólico, así como los cantares épicos y las fábulas.
Algunos títulos representativos de la tradición
medieval son: El Amadís de Gaula (anónimo, 1508), Beowulf (anónimo,
fecha desconocida), Cantar de mio Cid (anónimo, 1200) y la Divina
comedia (Dante Alighieri, 1304-1321) y Los cuentos de
Canterbury (Geoffrey Chaucer, 1387-1400).
Arte de la Edad Media
El arte medieval ilustraba historias
bíblicas, como la traición de Judas.
A la hora de pensar el arte del
Medioevo, debemos considerar que surgió en un momento de la historia en el
que no existía la noción del arte como un fin en sí mismo, ni
siquiera el de las Bellas Artes, sino de las artes mecánicas, vinculadas
con el oficio.
Así, el arte medieval tenía una función clara, que podía
ser:
·
Servir de ofrenda a Dios.
·
Servir de acompañamiento
pedagógico de los ritos y saberes cristianos.
·
Ser una afirmación del poder político
(retratos de reyes, nobles, etc.) o religioso (escenas religiosas).
En muchos casos el arte medieval sufrió influencia de
otras culturas invasoras o limítrofes, como ocurre con el arte bizantino, con
el ibérico mozárabe, entre otros. Grandes obras de pintura, arquitectura y música fueron
compuestas durante este período.
Filosofía de la Edad
Media
La filosofía medieval
intentó, a lo largo de sus mil años de duración, dar con una síntesis
entre las diversas tradiciones de pensamiento que
heredó, como son la cristiana, la judía, la
islámica (por contagio) y la proveniente de la Antigüedad Clásica.
Por la predominancia cristiana en la cultura medieval,
la mayoría de los autores fundamentales de la Antigüedad, como Platón, Sócrates
o Aristóteles, fueron inaccesibles por la censura y la prohibición de las
influencias “paganas”. Paradójicamente, muchos de ellos llegaban por
traducciones musulmanas, dado que la cultura árabe estaba más abierta a
influencias del pasado.
Esas traducciones permitieron el reingreso de
Aristóteles, quien fue un nombre referido abundantemente luego del siglo XII,
influenciando la obra de autores como Ramón Llull, Tomás de Aquino, Guillermo
de Ockham y Juan Duns Scoto, mientras que otros autores previos como Agustín de
Hipona, Juan Escoto Erígena o Anselmo de Canterbury eran de filiación
platónica.
Los temas centrales de la filosofía medieval tuvieron
que ver con la fe, la razón, la naturaleza y existencia divina,
el problema del
mal, el libre albedrío humano y otros asuntos que reflexionaban sobre
el modo en que el mundo divino y el terrenal se compenetraban. Las ideas
modernas de ciencia, de saber empírico y de experimento no existían como tales en la
mentalidad de la época.
Feudalismo de la Edad
Media
La sociedad feudal estaba formada por la
aristocracia militar y el campesinado.
La sociedad feudal del Medioevo era
fundamentalmente rural. En ella se distinguían dos grandes clases
sociales, que constituían el modo de producción
feudal:
·
La aristocracia militar. Compuesta
por terratenientes que administraban social, política y jurídicamente sus
territorios.
·
Los siervos del campesinado empobrecido. Quienes
trabajaban la tierra en provecho del señor feudal, y en segundo lugar, del propio,
recibiendo a cambio seguridad y orden.
Por otro lado, a ellos se sumaba el clero,
o sea, la Iglesia Católica, que coronaba los reyes y administraba la autoridad
moral, espiritual y jurídica de los distintos reinos cristianos, como
representantes de la ley de Dios en la Tierra.
A menudo la adhesión al clero (el ingreso a sus
instituciones) era la única vía de ascenso social de las clases pobres, junto a
la guerra, ya que la adhesión a la nobleza o a los plebeyos estaba
determinada desde el nacimiento.
El feudalismo encontró su término con el surgimiento
de la burguesía. Se trataba de una nueva clase social que
administraba los negocios y mercancías, surgiendo como un poder político
y económico desvinculado de la nobleza de origen.
Eventualmente esa nueva clase media impulsó el Renacimiento y
la Edad Moderna. Mediante las Revoluciones Burguesas, instauraron el
capitalismo y la República como los nuevos valores de
Occidente.
Iglesia de la Edad
Media
Uno de los rasgos más conocidos del Medioevo fue la
omnipresencia de la Iglesia Católica, cuyas intervenciones en la
política eran constantes y fundamentales. A menudo se caracteriza esta
época por sus gobiernos teocráticos, en los que la Iglesia
coronaba reyes y los avalaba como emisarios de Dios en la tierra.
La Iglesia controló la letra escrita, los saberes
oficiales y ejerció funciones judiciales,
ya que las leyes con que la sociedad se regía eran las religiosas, más allá de
las impuestas por los señores feudales en sus respectivos gobiernos locales.
Las autoridades eclesiásticas podían, incluso, enjuiciar reyes y nobles, pues
la ley de Dios estaba por encima de la de los hombres.
En ese sentido, el rol de la Santa Inquisición
de la Iglesia Católica fue tristemente célebre. Sus representantes
actuaban como emisarios del poder eclesiástico que sometían a
cuestionamiento la fe de las personas acusadas de brujería, pactos
demoníacos o paganismo.
En estos procesos podía verse involucrada cualquier
persona acusada por sus enemigos, científicos dedicados a la investigación, o
mujeres acusadas de brujas. La sola acusación servía para que la Inquisición
tomara el asunto en sus propias y brutales manos, y sometiera a las personas a
torturas, vejámenes y persecuciones.
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